© collages realizados por Luis Pérez Ochando para Eros ha muerto, de Pilar Pedraza (Valdemar, 2019)
I. El huevo cósmico

un huevo engendrado por las Tinieblas en el centro de la Noche
II. La vendedora de amores

Tómalo por lo que gustes
III. Flechazos sonados

Oí el lamento salvaje de la ninfa
IV. Los niños del Olimpo

les hacen salir llorando del espejo
V. Amargas mieles

deberían llamarte el Destructor
VI. El traspiés de Hebe

pues soy el rey, el padre y el señor, y mis hijos son incontables
VII. Eros en el triclinio

—algo poco usual— un final feliz
VIII. Pandilleros

Después siguieron visitando, enamorados espectros, a sus amantes
IX. La siesta de Marte

se oye fragor de armas, tambores y carros
X. El arcón de las advertencias

Llenos de malos presagios para la pobre novia
XI. Puella suspensa

Yo soy el deseo
XII. Eros y las viragos

¿Acaso no les gusta la caza?
XIII. La amazona y el héroe

Pentesilea mira al infinito y calla
XIV. El autobús de la infelicidad

Esta es la felicidad absoluta, no durará
XV. Las desdichas de Herculine

El culto a los muertos ha nacido conmigo
XVI. Calopismo

de la belleza de los héroes del inframundo y de las estatuas de los santuarios
XVII. Huevos de cisne

cree que la guerra es por su culpa
XVIII. Las vestales

un cubículo acogedor e íntimo
XIX. Amadas bestias

Tales relatos son impíos
XX. El gran Pan ha muerto

avisa a la gente de ha muerto que el dios Pan
XXI. Pastoral picantona

Pero la puerta del alivio fue al final encontrada
XXII. Autopsia

como nosotros y como los cerdos, compuestos por partículas llamadas átomos
XXIII. La cortesana revenida

Sus constantes besuqueos y caricias no pasaron desapercibidos…
XIV. La revenida remuerta

se disuelven en el aire como gotas de vino en el agua
XXV. Psique la mortal

¿De qué color son sus ojos?
XXVI. Cena en la Domus Nigra

Eterno retorno. Todo se repite
XXVII. Diocleciano y los Cupidos

Habrá muerto, pero no andará muy lejos